Hemos perdido la costumbre de su consumo, pero más allá de su versatilidad y deliciosas propiedades, la miel es un alimento bueno para nosotros por otros motivos.
Las abejas desempeñan un papel muy importante en la naturaleza, favoreciendo el equilibrio ecológico. ¡No somos conscientes de su importancia para la biodiversidad!
Según Greenpeace, el 75% de la producción de alimentos depende de la polinización, y las abejas son los principales insectos polinizadores en Europa. Es más, el equilibrio ecológico no sería posible si no fuera por ellas. Más de 4.000 especies de plantas existen gracias a las abejas. Y es que el Parlamento Europeo(1) apunta que el 84% de las especies vegetales dependen de estos pequeños insectos, a los que tenemos que cuidar.
“Las abejas podríamos pensar que no son necesarias para los humanos, pero sí para la vida tal y como la conocemos actualmente”
La miel en la alimentación
En materia de alimentación, la miel es un buen sustituto del azúcar. Además, el modelo de producción europeo garantiza la máxima calidad, pureza, seguridad alimentaria y trazabilidad.
Como dice mi buen amigo y compañero Rubén Murcia, amante de este producto: “La miel es más que azúcar. Ese ‘más’ hace que para nuestro organismo sea distinto que el azúcar refinado”.
Por supuesto, no debemos abusar porque todo en exceso es perjudicial. ¡Incluso el brócoli!
La miel es el alimento más denso en energía de la naturaleza. Por tanto, no es de extrañar que, donde existe, sea importante para casi todos los cazadores-recolectores.
Se trata de un alimento que ha estado muy presente en la alimentación del ser humano. Lo consideramos dentro de las ventajas de la alimentación evolutiva, es decir, ha sido parte de la dieta de nuestros antepasados, cuyo consumo se remonta al menos a los primeros homínidos.
Un consumo que también se ha estudiado en los Hadza, una de las sociedades de cazadores-recolectores más analizadas porque apenas presentan enfermedades de la civilización. Esto diferencia la miel de los productos ultraprocesados (que solemos criticar en materia de alimentación) entre los que se encuentra el azúcar blanco común.
Aspectos nutricionales interesantes de la miel
La miel, que no contiene grasas, es un alimento con un bajo o reducido contenido de sodio. Un menor consumo de sodio contribuye a mantener la tensión arterial normal.
Y principalmente, la miel es fuente de vitamina B6, una vitamina que, recordemos, tiene las siguientes propiedades saludables para el organismo(2):
- La vitamina B6 contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunitario.
- La vitamina B6 ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
- La vitamina B6 contribuye al metabolismo energético normal.
- La vitamina B6 contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.
- La vitamina B6 contribuye a la síntesis normal de la cisteína.
- La vitamina B6 contribuye al metabolismo normal de la homocisteína.
- La vitamina B6 contribuye a la función psicológica normal.
- La vitamina B6 contribuye al metabolismo normal de las proteínas y del glucógeno.
- La vitamina B6 contribuye a la formación normal de glóbulos rojos.
- La vitamina B6 ayuda a regular la actividad hormonal.
¿Por qué a veces se ha alertado del consumo de miel?
Esto se debe a que en ocasiones se alude a estudios que se refieren a los efectos negativos del azúcar. Sin embargo, debemos diferenciar el azúcar de la miel.
En primer lugar, por la proporción de azúcar. Mientras que el azúcar común de mesa es 100% sacarosa; la miel contiene un 82% de azúcares, en su mayoría glucosa y fructosa, y un 18% de agua. Y, en segundo lugar, la extracción de la miel es 100% natural.
En definitiva, sustituir el azúcar por la miel sería una excelente opción porque la miel, a pesar de que contiene azúcares, están naturalmente presentes.
Además, quiero destacar también que las ventajas de la miel respecto al azúcar van más allá de su composición. Los alimentos son más que sus componentes, son también la matriz en la que estos están, el patrón de consumo que tiene la población con ellos y su impacto medioambiental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos dice que debemos consumir un máximo del 10% de calorías al día provenientes de los azúcares, que serían unos 50 gramos. Pero no todos los azúcares son iguales. En el caso de la miel, como hemos dicho, esos azúcares están presentes de manera natural.
En un mundo donde nuestra alimentación impacta tan negativamente en el planeta, debemos potenciar aquellos alimentos que, como la miel, puedan generar algún beneficio medioambiental. Un aspecto que también debería ser un criterio para tener en cuenta.
Bibliografía interesante en relación a la miel:
- https://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/economy/20180122STO92210/apicultura-como-proteger-a-las-abejas-y-el-mercado-de-la-miel-en-europa
- Reglamento (UE) 432/2012
- Marlowe, F., Berdesque, J., Wood, B., Crittenden, A., Porter. C. & Mabulla, A. (2014). Honey, Hadza, hunter-gatherers, and human evolution. J Hum Evol. Vol. 71: 119-28.
- Varoni, EM., Lodi, G., Sardella, A., Carrassi, A. & Iriti, M. (2012). Plant polyphenols and oral health: old phytochemicals for new fields. Curr Med Chem. 19(11):1706-20.
- Atwa, AD., AbuShahba, RY., Mostafa, M. & Hashem, MI. (2014). Effect of honey in preventing gingivitis and dental caries in patients undergoing orthodontic treatment. Saudi Dent J. 26(3):108-14.
- Ahmadi-Hotamayel, F., Sare-Hendi, S., Yusof-Alikhani, M. & Khamverdi, Z. (2013). Antibacterial activity of honey on cariogenic bacteria. J Dent (Tehran). 10(1):10-15.
- Molan, PC. (2001). The potential of honey to promote oral wellness. Gen Dent. 49(6):584-9.
- Oduwole, O., Meremikwu, MM., Oyo-Ita, A. & Udoh, EE. Honey for acute cought in children. En: Cochrane Database Syst Rev. (2014). 23;12.
- Oduwole, O., Meremikwu, MM., Oyo-Ita, A. & Udoh, EE. Honey for acute cought in children. En: Cochrane Database Syst Rev. (2012). 14;3.
- Wagner, JB. & Pine, HS. (2013). Crohinc cought in children. Pediatr Clin North Am. 60(4):951-67.
- Paul, IM. (2012). Therapeutic options for acute cough due to upper respiratory infections in children. Lung. 190(1):41-4.