Hoy, en este nuevo post trataremos todas las claves para no ganar peso en navidades con algunas ideas sencillas que podemos implementar.
Podría dividir al público en estos dos bandos:
1. Los que les angustia y piensan que en estos días de celebraciones se tirará por tierra todo lo conseguido con meses de dieta y entrenamiento.
2. Los que creen que 2 o 3 semanas de comer y beber sin control sin pisar el gimnasio no tienen consecuencias porque “es Navidad”, como si el cuerpo funcionase de otra forma durante las vacaciones.
A los primeros les diría: relax, si lo pensamos bien, las comidas y celebraciones navideñas son en realidad puntuales, podríamos fijarlas bien en el calendario para ser conscientes de que no descuadran tanto nuestra rutina. Podemos mantener en la medida de lo posible nuestra alimentación el resto de día, pero sobre todo, en torno a esas comidas, aprovechar para entrenar, realizando incluso nuestro entrenamiento más intenso.
Si has viajado fuera de casa, seguro que tienes algún parque cerca para una sesión de HIIT (ejercicio interválico de alta intensidad) acompañada de unas series de flexiones y dominadas, puedes planificar una rutina especial o pedirla a tu entrenador para los días que no puedas seguir con la establecida. Esas comidas más abundantes pueden incluso beneficiarte si elijes los mejores alimentos (el alcohol y los dulces navideños nunca son buena opción), si estás tratando de ganar masa muscular, aprovecha esa “carga” para entrenar, y si te encontrabas en dieta de definición, aumentar la ingesta de manera puntual puede serte útil por cuestiones hormonales, siendo muy importante que retomes tu dieta al día siguiente.
A los segundos, recordarles, que excesos calóricos consecutivos y sobre todo, el exceso de alcohol durante todos los días que dura el periodo navideño, sí que tendría consecuencias negativas en nuestra composición corporal, pero más que eso, si abandonamos por completo nuestros buenos hábitos, será más difícil retomarlos a la vuelta de las navidades.
No tengas miedo al ayuno si no tienes ninguna patología ni sufres “ansiedad” por la comida u otro tipo de mala relación con la comida. Me refiero a que, aunque os haya aconsejado retomar la dieta tras una celebración navideña, si cenaste demasiado en NocheBuena, y te levantas sin hambre, no pasa nada si no haces tu desayuno ni media mañana, espera tranquilamente, que quizá incluso tienes comida de Navidad. No comas sin hambre.
Estas comidas más copiosas tienen la ventaja de aumentar nuestros niveles de leptina (hormona de la saciedad) y, por tanto, nos sentiremos con menos hambre, aprovéchalo. Esto no se dará tanto si te pasas con el dulce navideño, repito, si te pasas comiendo, mejor que sea con comida lo menos procesada posible.
Ya en la mesa, mi recomendación sería seleccionar las preparaciones más saludables: ensaladas, verduras, marisco, jamón, queso, frutos secos no fritos, sopas, pescados y carnes al horno, cuantos más vegetales mejor, y algo de tubérculos, de postre fruta, incluso tomar una copa de vino durante estas comidas. Serían menos recomendables los canapés, preparaciones con hojaldre, patatas fritas, pan, alcohol sin medida, mantecados, turrones, frutos secos bañados en azúcar, licores sin alcohol. Es cierto que es una “comida libre” pero si evitas o intentas no pasarte con estos últimos todo irá mejor a la vuelta.
Artículo para NovaLife, Antena3.